Mapas de distribución.
Los mapas de distribución son planos
donde los arqueólogos podemos situar los yacimientos que nos
interesen por las razones que nos interesen. Por ejemplo, si
quisieramos estudiar los la jerarquía de los poblados de la cuenca
del río Ebro durante el periodo de romanización obtendríamos como
resultado un conjunto de puntos geolocalizados.
Las ventaja de este sistema es que se
abre la posibilidad de la cuantificación, de tal manera que
podríamos asociar a esta serie de puntos unas variables numéricas,
tales como la altitud, la extensión, el número estimado de personas
que podrían vivir en dichos poblados, o cualquier otra variable que
nos pareciese oportuna. Dado que los SIG, como ya expliqué en otro
post, nos permite reflejar propiedades cualitativas de los elementos
cartografiados, podemos también, reflejar dicha información en
nuestra base de datos; y así poder trabajar topológicamente con
esta información. Para esto una herramienta muy útil son las Bases de Datos espaciales, ya que en ellas podemos asociar todo tipo de
información, tanto cualitativa como cuantitativa.
Pero este sistema de cartografiado de
los yacimientos no está exento de problemática, ya que el paso del
tiempo ha acabado con muchos hábitat, de tal manera, que en nuestros
mapas de distribución (salvo en excepciones), siempre tendrán
vacíos, huecos en blanco de los que carezcamos de información.
Otro de los problemas con los que nos
podemos enfrentar a la hora de crear este tipo de mapas es el propio
trabajo de campo, ya que con el devenir del tiempo la forma de
recoger información in situ ha variado de acuerdo con los
objetivos de investigación vigentes en cada época e investigador.
Volviendo al ejemplo de la cuenca del Ebro, podríamos encontrarnos
con que la información obtenida durante la campaña de prospecciones
realizada hace años no sea de nuestro agrado, ya que los datos que
se obtuvieron en su momento fueron seleccionados de acuerdo con los
objetivos del director de la campaña en cuestión.
Pero ¿solamente podríamos representar
yacimientos en mapas de distribución? La respuesta es no. No
solamente podemos representar yacimientos, también podemos
representar artefactos. Y poder así estudiar las distribuciones de
los mismos a un nivel micro e intentar detectar algún patrón que
nos indicara la distribución de los espacios del yacimiento.
Como vemos, los mapas de distribución
no solamente se aplican a un nivel macro, (estudio de regiones
enteras), si no también a un nivel micro (estudio dentro de los
propios yacimientos).
Espero haber arrojado algo de luz sobre
el concepto. Ya sabéis, para cualquier sugerencia, puntualización o
lo que sea tenéis los comentarios abierto.
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