Los actores más interesados en la
gestión de los recursos arqueológicos son en primer término las
administraciones públicas, tanto estatales, regionales y locales, y
posteriormente las universidades, éstas en menor medida ya que lo
hacen con afán de investigación, mientras que las primeras lo hacen
por ley, puesto que se supone que son las garantes de la conservación
del patrimonio arqueológico. Para ello, las administraciones deben
contar con una base de datos que reúna información sobre los
yacimientos arqueológicos, estas bases de datos son, normalmente, de
atributos, es decir, se reúne información sobre cronología del
yacimiento, cultura a la que pertenece, descripción del paisaje,
etc...
¿Qué formato de archivo SIG sería el
más idóneo?
En principio el formato idóneo para
esto serían los formatos vectoriales, ya que en él podemos
delimitar fronteras, extensiones y otro tipo de elementos de manera
más precisa, sin embargo, esto por si sólo no estaría completo,
así que sería conveniente completarlo con datos de base ráster.
Una combinación muy útil para esto
serían las
BBDD espaciales, ya que podemos combinar toda la potencia
de una BBDD de atributos y relacional con la potencia del formato
vectorial.
Una cuestión interesante para abordar
estas cuestiones sería la falta de unificación de criterios a la
hora de confeccionar el diseño de las BBDD y sobre todo la
posibilidad de acceder a este tipo de datos. Para la primera cuestión
deberíamos realizar un debate técnico muy extenso, sobre las
necesidades de una administración a la hora de confeccionar dicha
base de datos, y ese no es el objetivo de este post. Con respecto a
la segunda cuestión, el acceso a esta base de datos podría ser
extremadamente sencillo mediante internet, ya que se puede publicar
dicha base de datos y dar acceso a usuarios registrados, facilitando
así el acceso a tantos investigadores como quieran y/o necesiten.
De la gestión de recursos
arqueológicos pueden surgir algunos contratiempos, por un lado el
coste asociado al hardware y el software. No obstante, la tecnología
en ambos aspectos está muy desarrollada, de tal manera que este
coste puede verse reducido en extremo, ya que los equipos que hay
hoy por hoy en el mercado son muy potentes y por otro lado el
software libre puede jugar un papel crucial en el abaratamiento de
costes.
Otro tema a comentar sería la
precisión con la que se han tomado las coordenadas de los
yacimientos arqueológicos, ya que podríamos encontrarnos con
errores lo suficientemente grandes como para que esos datos no
pudieran servir para fines analíticos. Una manera de solventar dicho
problema sería realizar una comprobación in situ de los
yacimientos. Lo que haría indudablemente aumentar los costes, sin
embargo, con el nivel de resolución de las ortofotos actuales,
podemos realizar alguna comprobación cotejando las descripciones de
los registros de los yacimientos con lo que se ve en nuestro SIG, abaratando en parte parte
de esta comprobación.
Por otro lado, un coste adicional, en
principio, podría ser la adquisición de mapas topográficos de una
región, no obstante iniciativas como la del
CNIG de ceder
cartografía con fines no comerciales hacen que este aspecto no sea
un inconveniente a la hora de adoptar este tipo de BBDD espaciales.
Como vemos, los SIG pueden jugar un
papel crucial en la gestión y protección de nuestro patrimonio
arqueológico de mano de las administraciones, locales,
regionales/autonómicas y estatales.
Fuente: SISTEMAS DE INFORMACION GEOGRAFICA APLICADOS A LA ARQUEOLOGIA JAMES CONNELLY,
MARK LAKE,
, 2009