La
cartografía que gastamos en los SIG podemos obtenerla de múltiples
formas diferentes. Sin embargo, estas formas de obtención de
cartografía se pueden dividir en dos tipos. Por un lado tenemos las
fuentes primarias, y por otro lado tenemos las fuentes secundarias.
Fuentes
primarias
Los
datos primarios se caracterizan por ser datos no procesados ni
transformados. Estos datos podemos obtenerlos bien nosotros mismos a
través de diferentes herramientas o bien podemos obtenerlos de otras
agencias ya sean públicas o privadas, en este grupo es donde
entrarían en juego las fotos aéreas, las imágenes satélite o los
sondeos geofísicos.
En
lo que respecta a los datos recogidos por el propio arqueólogo éstos
pueden obtenerse a través de GPS o de estación total. Pero veamos
un poco más en detalle como funcionan dichos instrumentos.
Estación
total:
Este
aparato puede registrar ángulos horizontales, verticales hasta
distancias lineales, desde el equipo de toma de datos hasta el lugar
del objetivo. Estos datos luego los transforma en Northing, Easting y
en elevaciones, mediante una fórmula trigonométrica. Luego, estos
datos transformados se pueden traducir en coordenadas geográficas,
ya sea mediante la toma de puntos con coordenadas conocidas, o bien
sea mediante la conexión a una rejilla nacional. Todas estas
coordenadas se almacenan dentro de un archivo cuya estructura es como
la siguiente. Todo archivo ha de tener un jonmbre o código para el
punto tomado, una abcisa (x), una ordenada (y) y una elevación (z).
GPS:
El
GPS se trata de un sistema de navegación por satélite que envía
posiciones precisas. El modo de funcionamiento es el siguiente, el
receptor GPS contacta con lo satélites que están en el espacio,
siendo que a partir del establecimiento de contacto con tres
satélites podemos precisar con mucho rigor nuestro lugar en la
tierra. El principio de triangulación es el mismo que usamos los
arqueólogos cuando dibujamos en campo la planimetría mediante la
triangulación. Así pues los puntos bases actuarían como satélites
y el punto a tomar sería el receptor GPS.
Esto
es lo que sucede en la teoría, pero en la práctica si queremos
precisar bien nuestra posición debemos establecer contacto con
cuatro o más satélites, llegando en algunos modelos comerciales
hacer conexión con hasta 14 satélites. Por si esto no fuera
suficiente, los satélites europeos y norteamericanos poseen
mecanismos correctores que precisan aún más la posición, (EGNOS
para la UE y WAAS para los EEUU).
En
cuanto a la tipología de los receptores GPS podemos encontrarnos con
dos tipos:
Modelo de GPS manual.
GPS
diferencial: Este tipo de de receptor tiene una mayor precisión que
el anterior, pudiendo llegar a una precisión centimétrica de hasta
±3
cm. Este tipo de GPS consta de una unidad móvil y de una estación
base, que es la parte que toma las coordenadas de referencia para la
unidad móvil. Por otro lado esta estación base puede aplicarle un
factor de corrección llamado RTK.
Las
coordenadas de este tipo de GPS se almacenan en la parte móvil, ya
que será con ella con la que vayamos tomando puntos o estemos
recogiendo la información del recorrido que estemos haciendo.
Sin
embargo, aún a pesar de las bondades del sistema GPS, no es del todo
perfecto, ya que al basarse en el envío de señales al espacio, las
interferencias pueden a llegar a distorsionar enormemente los datos
recogidos. Por ello el uso del GPS en núcleos urbanos o lugares de
vegetación alta y tupida no se recomienda, siendo más efectivo el
uso de estaciones totales.
Percepción
Remota:
La
Percepción
Remota
(Remote
Sensing)
o Teledetección
puede
definirse como la ciencia y arte de obtener información de un objeto
analizando los datos adquiridos mediante algún dispositivo que no
está en contacto físico con dicho objeto a
través de sus respuestas electromagnéticas.
Esta
ciencia y arte produce una serie de imágenes que pueden ser de dos
tipos, por un lado fotográficas
que se pueden diferenciar entre verticales y oblicuas, siendo las
primeras más precisas ya que el eje de la cámara se halla en
posición vertical y por tanto tienen menos distorsión; luego por
otro lado tenemos las digitales,
siendo que en estas últimas se pueden dividir en pancromáticas y
multiespectrales.
Foto aérea vertical del castro de Borrenes
La
forma de obtener estas imágenes se realiza a través de sensores
digitales los cuales se dividen en:
Activos,
que básicamente lo que hacen es enviar una señal al objetivo para
luego recoger la respuesta.
Pasivos,
lo que hacen es recoger las señales que envía la Tierra.
A
través de esta toma de datos lo que se hace luego es analizarlos
para obtener patrones de comportamiento que el ojo humano en la
mayoría de ocasiones no es capaz de percibir.
Para
la arqueología, los sistemas pasivos que han servido son en primer
lugar los radiómetros térmicos aerotransportados. Estos lo que
hacen es medir la radiación emitida en una zona del espectro
electromagnético del tipo térmico-infrarroja (3-4 µm).
Siendo muy útil para elementos que se hallan bajo la superficie,
puesto que su comportamiento térmico difiere de los elementos en
superficie. No obstante, este no es el único método también
tenemos el radar de tipo sonda, los metros de resistividad y los
magnetómetros.
Con
los satélites y de las aeronaves se pueden llegar a crear MDE, los
cuales tienen ventajas sobre los tradicionales por la precisión que
pueden llegar a tener, ya que los tradicionales se realizaban
manualmente a través de la digitalización de las curvas de nivel.
Estas
herramientas se han demostrados muy útiles ya que mediante la
combinación de fotografías aéreas e imágenes satélite han
servido para cartografiar e identificar fenómenos culturales tales
como murallas hasta asentamientos. No obstante el uso más común de
este tipo de este tipo de datos es el de la visualización del
paisaje, ya que son una herramienta de referencia visual que permite
establecer relaciones entre datos arqueológicos y rasgos del
paisaje.
Etiquetas: Arqueologia, Estacion Total, GPS, Perecepción Remota., SIG, Teledetección